jueves, diciembre 01, 2005

Una zapatera prodigiosa sin zapatos

Así fue, salió descalza la Tobal nomás, y con ella todas la mujeres de la obra.
Teatrísimo fue corridas. De un día para el otro me encontré ensayando en el Cervantes junto a grandes figuras, una vez mas (gracias a Ali). Y además de grandes figuras, aparece Jorge Luz. Jorge Luz! esto no me lo esperaba. Es Luz! y estoy trabajando con él!.
Y siguen los ensayos, y Alicia viaja a Marruecos y nos quedamos con un poquitito de cosas para hacer. Fin de año, cierres, vacaciones y demás.
Durante el día de la función propiamente dicha, mas corridas. Marianela, Gonzalo, cambios de gente, que Gastón Ricaud dijo que no venía, entonces le pidió a D´Adamo que lo hiciera, ¿Y el chico que había ensayado para un reemplazo?. Y al final D´Adamo no apareció, asique mi compañerito Javier terminó saliendo a escena.
Empujando los nervios para adentro (si, ni se les ocurra asomar, que tengo muchas cosas que hacer) hay que tratar de tranquilizar a todo el mundo. Es mejor que si algo va a salir mal, no sea por nervios, sino porque no queda otra.
Mucha gente para los pasillitos tan chiquitos del Regina, mucha gente preguntando veinte cosas a la vez, que el vestuario, que un baño, que los zapatos. Pero al final además de hablar, escucharon. Mientras en el escenario Eugenia repasaba escenas con Dario, y Joaquín con Javier, los músicos ensayaban (con las 3 cantantes, entre las que también estaba yo, je). Después, todo el mundo a bajar del escenario, vamos, a la platea. Y a volver a subir uno por uno para ir ubicándolos en donde les corresponde que estén sentados (o parados porque no alcanzaban las sillas). Por último Jorge y antonio completan los lugares.
Estamos todos, excepto la pobre Julita que contra su voluntad tuvo que estar ausente (si, hubo que preparar reemplazos de último momento, entre ellos yo) y Alicia, por supuesto, que seguía del otro lado del Océano.
Todos detrás de escena!!!, y quedaron los músicos para la prueba de sonido. Probar micrófonos, cantar, y todo el mundo fuera. Daban sala.
El teléfono rojo (que no era rojo, pero entendemos el sentido) me comunicaba directo con Virginia, que desde la cabina me anunciaba los tiempos.
El bullicio de la gente se escucha (si, a todos ustedes que entran a una sala cuchicheando, sepan, los actores ecuchamos todo), y se respira la tensión entre los artistas detrás de escena. Alguna vez me dijeron que el que no está nervioso antes de entrar a escena no es actor, espero que sea cierto, porque siempre se me hace un nudo en el estómago. Ni hablar de estar en la dirección, y tener que actuar al mismo tiempo.
De golpe el silencio, y los músicos al escenario. Al entrar ellos, todos pendientes atrás. Suena la melodía y una voz. "El resto silencio". Y llega la entrada del pueblo, y después las figuras.
Aplausos, risas, fotos. Chistes fuera de libreto, cargadas, las canciones muy bien. Divertido, salió todo perfecto. Al final Jorge Luz toma la palabra, y la canta, y la habla. Alicia había pedido que yo hablara en nombre de ella, con semejante reacción del público no me pareció decir nada. Y... es Luz!.